Sé lo que haces entre las sombras
sosteniendo un juego de miradas con el abismo:
reconozco cuando se ha desafiado la oscuridad a un duelo.
Con honor
él lo ha aceptado
y —sin lugar a dudas—
saldrá vencedor.
Sin embargo estás ahí,
con firme templanza y digno arrojo,
resitiéndote a ser parte de la espiral
que persigue a las víctimas
arrastrándolas a replicar sus flagelos,
a convertirse en monstruos.
No habría valentía en plantarse frente al mal
si uno fuese invulnerable.
No habría heroismo
sin miedo.
Y sin amor se caería el cielo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario