Narcisismo
Ilumina más un diálogo que una epifanía, esta es solo un episodio en el círculo vicioso del narcisismo. Tu espíritu no es un reino a conquistar tampoco lo son campos o los cuerpos. No hay un héroe sin un pueblo, absorto en el sueño soberbio de encontrarse en el fondo de sí mismo. No hay libertad sin alteridad, no hay un yo que no se reconozca en otros ojos. La soledad es necesaria, pero no primordial. No tienes que aislarte de todo para entender, para sanar. Y no bastan la fe, la razón o la voluntad, engaños del culto al individuo que es el arma de opresión más poderosa que ha existido: nos debilitan separándonos y nos hacen sentir culpables de nuestra precariedad. Nos condena a estar deprimidos buscando luz entre el hermetismo de los espejos que rodean al vacío. Tenemos que unirnos.