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Mostrando las entradas de agosto, 2019

Casi círculo (conjunto multibrot exponente 14)

Para aliviar mi obsesión por la simetría debo acostumbrarme a observarte con una mirada fractal: cuando ante mí en cualquier posición un retrato de ti se despliegue un centro aleatorio me será suficiente para que se itere en catorce desplazamientos periódicos hasta obtener un giro total de belleza radial proyectada hacia el infinito desde dimensiones decimales. Quizá así logre reflejar la estructura del placer que me das.

Inefable

Desplegó dos mil brazos, dos mil piernas, dos mil ojos;  mil pechos, mil cuellos, mil bocas, mil cabezas, mil rostros;  gritó un silencio hermoso que retumbó como mil truenos incendiando los temores de una criatura asustadiza refugiada en las paredes de su corazón. Mas la seguridad es una falsa ilusión y no fue todo estruendo y horror. Aquel grito fue también poema,  la canción del coro de los arcanos que lo rescató, el remanso tejido en los haces  y frecuencias en donde su alma se engendró.  Más allá del gozo, más allá del dolor,  más allá de las palabras o de aquella visión más allá de las coordenadas  que dibujan  el mundo, más allá de toda división,  en donde no hay posible descripción, donde no existes tú ni existo yo, en el uno eterno e indivisible: más allá nos encontramos los dos. 

memoría

Azul de noche: la serpiente emplumada  que muda de piel.

nubes cargadas que no llueven

no llueve pero oigo la lluvia caer delicada sobre las aceras los techos las ventanas y las telas de las prendas de transeúntes desprevenidos que olvidaron el paraguas percibo el detalle de las aguas chispoteando sobre las baldosas chispas que eran aire brumas que eran haces las rectas se deshacen entretejiendo trayectorias curvas multidireccionales una inusual familiaridad me atrae al caos efervescente que vive allí abajo gotas como rayos nubes como mares ríos de azul eléctrico recorren mi tórax con la intención de escaparse no llueve pero oigo la lluvia que cae desdibujando impresionista las formas en la calle se escurren después de confundirse por la punta de los dedos mis colores y allí veo un rastro de mí viajando por los canales hacia el inframundo