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Mostrando las entradas de 2018

Demiurgo

Víctima de mi generosidad desbordada, renuncié a mi omnipotencia para crearme un cuerpo,  un cosmos infinito de historias intrincadas, albergue de enjambres de seres libres concretos. Para que fuera imposible el aniquilamiento me até a mi creación con millardos de finos hilos perdí el sentido de agencia de mis movimientos  soy ahora el Otro absoluto hasta para mí mismo. 

zóster

El germen de la siniestra serpiente se extiende resiliente desde un costado de tu espalda, avanza, atraviesa tu vientre queriendo forjar el aro de tu muerte con el sello de su boca ávida clavándose en el extremo de su apéndice. Así, cuando el inicio y el fin se encuentren, el uróboros naciente desdibujará el epifenómeno de tu alma y el tiempo terminará por llevarse todo recuerdo de ti, flemático, fantasma. Dile a tu lágrima que no habrá impunidad en la falta: la eternidad se le irá en la prisa que le arrastra; en la singularidad sin extensión que es la nada se consumirá finalmente el monstruo por su karma.

hermenéutica

«eclipsando al sol la sombra de la luna  revela estrellas»

Jazz Mirrors #2

{Sobre una noche de viernes en San Café Bar Jazz} El aire se entrecorta en pulsaciones periódicas que retumban en cada rincón de mi estructura ósea. La armonía es el límite que impone el silencio al caos del ruido, y tu destreza la libertad para destruirlo. Resonancia, el viejo misterio de las frecuencias que se estimulan a la distancia... Interferencia, la belleza del efecto de las gotas combinándose sobre la superficie. El pulso que se transforma en un golpe que sacude mi cuerpo en un arrebato. ¿Cómo es que el aire términa por imponerle una atmósfera de emociones a mi alma?  —Ondas tejiendo ondas a partir de ondas sobre una matriz de ondas. —Cuerdas de arreglos de cuerdas de urdimbres de cuerdas templadas sobre cuerdas. { jazz mirrors #1 }

Annihilation

Imagen
un fulgor iridiscente marca el perímetro donde no entra la memoria mi identidad se demora mi cohesión se desmorona el plan original estaba escrito en simetría radial de cinco ejes el límite de la piel se desvanece la vida busca la muerte soy una colonia

Diatriba a Odiseo

El héroe volvió de una travesía, ahora nos relata sus proezas, adorna a sus acciones de grandeza cuando solo perseguía fantasía. Bebiendo de otros labios ambrosía mientras Penélope bebía tristeza historias de mendaz delicadeza el amor que de brujas padecía. El telar que ella hacía y deshacía reflejo de la astucia y entereza del capitán que cada peripecia resolvía con fatal reposería. Lo tuyo es temeridad, no valentía, no hay mayor sabiduría en la destreza de este que solo a su casa regresa llevado y traído por la deriva. Su merced disoluta y evasiva de falaz y neurótica tendencia a ver patrones en la naturaleza y un destino en retrospectiva.

S=1/4*((c^3)k/Għ)*A

La abismal oscuridad no es del todo invisible, el oscuro abismo realmente no está vacío: podemos ver con tus ojos lo otrora inasible del mito de Cronos justo antes de haber nacido. Aceptaremos con gusto tu última apuesta de que se amarán por fin lo eterno y el instante; ganarás lo singular si se halla la respuesta, nos prestaras si pierdes tu hombro de gigante para ver el horizonte desde una nueva altura cuyas líneas no convergen solo en un círculo, sino en la desnudez sin extensión ni censura de la mente del Dios aquel que hizo los cálculos. Se dirá quizá que el todo ya logró integrarte, algunos pensarán que te arrebató el desorden; quizá te fuiste a jugar, aunque te fuiste tarde, a dar saltos cuánticos por espacios deformes. A la memoria de   Stephen Hawking (el gran filósofo que creía que la filosofía era obsoleta)

nácar

Soñé que el océano me conquistaba asimilándome de forma gradual al principio como un nido de esponjas, adornos de algas y estrellas de mar. Mis poros quisieron ser hexágonos dándole a mi piel textura de panal mágicos fundiéndome con su tapiz de coral. Sigiloso se dio a mezclar mi sangre en proporción de un medio con aguasal forzó a los cielos a someterse invirtiendo el orden de lo vertical me inyectó con levedad ascendí hacia lo abisal