El 99,9% de la masa de los átomos ocupa solo el 1% de los espacios que ocupan.
Abrazándose los amantes fingen eliminar cada espacio vacío entre ellos al que puedan culpar de la maldición por la que son dos cuerpos separados. Y aunque están siempre en movimiento cada una de las cosas resuelven destruirse conforme a la prisa con que chocan celosas de que alguna otra reclame el mismo lugar. Ridículas y fatigosas resultan estas ansias mientras la nada circunda y constituye a las substancias, simples espejismos en el desierto de lo real. Cuando al fin colisionen Andrómeda y la Vía Láctea, cambiaran los paisajes durante majestuosa danza pero ninguno de sus planetas se desintegrará.