He ahí el lugar al que quiero saltar, los brazos en los que quiero caer, la resemblanza con la pretendo olvidar. He ahí los ojos que quiero ver al despertar.
Todas las personas a las que había amado, todos los labios que había besado, todo el oxígeno que había pasado por sus arterias, toda la energía, toda la materia. Todo.
Nos encontramos en camino a tierras inhóspitas, y en ese territorio desconocido compartimos un viaje fantástico. Ahora que te sientes morir en tu exilio y quieres volver a tu país de origen, yo, que no tengo nacionalidad, me preguntaba si allí adoptan nuevos ciudadanos. Porque me gustaría visitarte, pero no sentirme como un extraño; y quisiera que tú fueras mi guía, y mío el lugar que estaré explorando.
¿Esta vivo o está muerto? Camina como un zombie en tu procura con un aspecto lúgubre que nadie cura. Va muriendo cuando no te ve pero cuando te ve recibe aliento.
Por aquí pasó, se hallaba moribundo, murmuraba tu nombre en su agonía, no sabría decirte si al murmurarte te estaba acusando o te estaba buscando para que curaras su herida. Y desapareció, se fue, antes de que pudiera hacer algo por él.
No me hagas creer que esto es un secreto cuando todo el mundo lo sabe (o puede fácilmente enterarse). Es tarde, ya no puedo esperarte, las disculpas no llegaron y la compasión no fue tu estandarte.
Mara es el escudo con el que finjo que nada me hace daño, Mara es el enojo y la seguridad de que no podrás cambiarlo. Es el miedo que fomenta tu torpeza y la creencia en que está justificado.
Mi Magdalena, jamás cometeré la impiedad de negar que a través de tu amor penetran hasta el corazón las lenguas de fuego del Espíritu Santo. Mi Yashodara, jamás concebí la posibilidad de lograr sagrada iluminación esquivando algún día flechas y montañas de fuego apartándome de tu lado.
Sé que no puedo irme porque tú me necesitas, sé que no tengo derecho. Y aunque quiero traerte enseguida y tener tu voz y tu risa bajo mi techo, quiero distancia del mundo y sus prisas que quieren a mi corazón maltrecho.
La fina piel de la burbuja, el aire contenido en su perfecta forma esférica y todo lo que más allá de su límite constituye su complemento en relación con el conjunto universo, todo está impregnado de ti. Eres la armonía, la cohesión, el quinto elemento.
Eres como un caracol que lleva su casa a todas partes. ¡Qué caracol ni qué ocho cuartos! ¡Cuánto daría el caracol por desencartarse y no tener que llevar su casa a todas partes para estar en su hogar! ¡Cuánto daría el caracol para que su presencia fuese suficiente para hacer sentir en su hogar a cualquier gusano!
Por las razones aquí presentes No quiero vivir más en tu casa. Ayer allí lo tenia todo, pero hoy me dejaste sin nada. Ayer la hallé sismoresistente, hoy sólo era un castillo de cartas. Ayer era a prueba de lobos, hoy era una chozita de paja.
Tienes que hacerte a la idea de que no hay futuro: en cualquier momento un simple evento puede destruir lo que tardamos diez mil actos construyendo. Tienes que hacerte a la idea de que esto es un privilegio: que podría no haber existido pero aquí lo tienes... existiendo.
Son animales extraños. Se organizan en sociedades e hipersociedades tan complejas que cada individuo pertenece a varios conjuntos en diferentes niveles y cada conjunto pertenece a cada faceta de cada invididuo. Se alimentan de la percepción que tienen sobre ellos lo cuál los hace depender de sus depredadores, quienes son de hecho quienes más se esfuerzan por observarlos. Son de colores vistosos y venenosos lo cual hace que en la carrera armamentista sus enemigos tengan que desarrollar visión metafísica. a veces pesan toneladas que agrietan al suelo, a veces son tan livianos que vuelan sin esfuerzo.
¿Dónde estás? ¿En qué lugar te hallas temblando? ¿En qué coordenadas del espacio? ¿En qué dónde? ¿En qué cuándo? ¿Qué hay de tu mente? ¿Qué opina ella al respecto? ¿Seguiste avanzando en el tiempo o se atascó en un bucle extraordinario?
Cuando se cierne la sombra de impermanencia, cuando se hacen insoportables las mudas de mis rarezas, cuando el dolor inspira a los poetas, y las galaxias colapsan en su búsqueda infructuosa de un centro gravitacional. Cuando la confianza es una petición de principio, y de conspiraciones irrefutables te hayas cautivo, cuando tienes que decir lo que por prudencia no se había dicho y las células protectoras de un organismo desarrollan autoinmunidad.
Cada ser tiene su estrategia, su propia manera de sobrevivir. Si hubiese errores seríamos la suma de errores que se preservan. Estos robustos árboles que se arraigan con ahínco a tu planeta dan la impresión de ser mala hierba, de querer hacerlo estallar... Y monstruos parecen los espíritus errantes que descansan a su sombra a la espera de una oportunidad... . Mas no hay monstruos ni errores, ningún ser alberga una perversa meta... simplemente sucede que la vida de muerte se alimenta.
Cómo quisiera envolver tu cáncer con tus miedos y tragármelos enteros, envenenarme con ellos. Cómo quisiera anclarme a tus inseguridades y lanzarles... a profundidades abismales. Cómo quisiera una muerte dulce en tus brazos sabiendo que todo valió la pena en vez de romperme en pedazos el día en que más no puedas.
Entre tu ausencia y tu miedo prefiero la lluvia, si la lluvia te trae. Entre la calma y el riesgo, prefiero la tierna violencia con la que me distraes.
¿Hasta dónde soportará el último descendiente de aquella civilización extraterrestre la maldición de sentirse el único como él que habita cualquiera de las galaxias? Allí lo ves, sin esperanzas, mira qué bien se adapta... Le ha sido útil asumir que no quedan otros de su extirpe... Por eso si vas a visitarlo, si se da cuenta de tu existencia, no puedes pretender que se trate de un evento ordinario; si hace posible lo imposible, no puedes pretender que va a seguir siendo el mismo....
tanto tiempo sin saber de ti cayó el imperio otro lo vino a suplir los carros ya vuelan pero tu ausencia aún duele la ingeniería hedonista intenta hacerme feliz robots en moléculas extirpan el cáncer en mí no dejan secuelas pero tu ausencia aún duele una nube enteógena nos hizo prescindir de la institución religiosa solo hay un tonto entre mil no hay agujeros en el cielo pero tu ausencia aún duele