Sigo dándole vueltas al sol, pero alejándome del centro absoluto del universo, preso de la entropía que me debilita tu calidez, fuera del rango donde, depronto, podría ser golpeado por tus meteoros.
Nunca mis ojos habían visto tanta lluvia pues nunca había existido días más tristes. Dentro del vacío diluvia y diluvia: mucha gente murió el día que te fuiste.
Mis palabras se han ausentado pues han sido seducidas por un espíritu melodioso para quien el amor es la energía y el alma es una esfera que contiene al cosmos.