Deslumbra tu color preferido.
Vislumbro tu dolor preferido.
lunes, 30 de enero de 2006
domingo, 29 de enero de 2006
Memética
Los encuentros que con tacto se acuerdan
pero que con miedo se aplazan,
los escalofríos que recorren malvados
cada esquina de mi casa
y la vacuidad que maulla en mis vísceras
(causada por la promesas incompletas),
al ver la ineptitud de mi memoria
quieren grabar en todas mis células
-si se puede en mi información genética-
instrucciones precisas para producirme dolor
y para hacer de mi persona algo calculable.
Lástima para ellos porque la divinidad en mí
supera lo estrictamente biológico,
lástima porque la complejidad emergente
engendrada por los bucles de las sencillas a, g, t y c,
hace de mi conciencia algo estrictamente innatural.
pero que con miedo se aplazan,
los escalofríos que recorren malvados
cada esquina de mi casa
y la vacuidad que maulla en mis vísceras
(causada por la promesas incompletas),
al ver la ineptitud de mi memoria
quieren grabar en todas mis células
-si se puede en mi información genética-
instrucciones precisas para producirme dolor
y para hacer de mi persona algo calculable.
Lástima para ellos porque la divinidad en mí
supera lo estrictamente biológico,
lástima porque la complejidad emergente
engendrada por los bucles de las sencillas a, g, t y c,
hace de mi conciencia algo estrictamente innatural.
miércoles, 25 de enero de 2006
Hedor ambiental
Quisiera estar un poco más lejos de esa flora y esa fauna
que circulan en el templo local de Artemisa,
donde aprendí a decidir.
No me gustan las tortugas, ni los topos,
ni los tiburones, muchísimo menos las rémoras,
los murciélagos vampiros, las plantas enredaderas,
y aborrezco por supuesto a la especie más despreciable:
los insectos que viven sólo de la imitación.
Bien me había advertido mi religión
que eran inmundos todos esos organismos mal dispuestos y fofos
que con inútil saber y orgullo vacuo se defienden,
que se vengan con la misericordia,
que roban lo que lactan y que se jactan de la nada.
que circulan en el templo local de Artemisa,
donde aprendí a decidir.
No me gustan las tortugas, ni los topos,
ni los tiburones, muchísimo menos las rémoras,
los murciélagos vampiros, las plantas enredaderas,
y aborrezco por supuesto a la especie más despreciable:
los insectos que viven sólo de la imitación.
Bien me había advertido mi religión
que eran inmundos todos esos organismos mal dispuestos y fofos
que con inútil saber y orgullo vacuo se defienden,
que se vengan con la misericordia,
que roban lo que lactan y que se jactan de la nada.
martes, 24 de enero de 2006
24-01
Sólo te ruego que no te tardes, alegría mía, no te tardes...
pues las tardes se hacen noches, y luego otra vez días.
pues las tardes se hacen noches, y luego otra vez días.
lunes, 23 de enero de 2006
jueves, 19 de enero de 2006
Lamento
Quizá lo que más me llama la atención de ti
es la distancia que impones con sutileza
y cómo se camufla entre tu amable amistad
la advertencia de no acercarse a tus secretos.
De mi parte es para lamentarse
porque no he conocido a nadie cuyo regocijo
sea tan inmensamente parecido al mío;
lo lamento porque bien podríamos juntos
deleitarnos en la sensación de que no somos tan "únicos".
No pude desencriptarlo, nada que hacer.
es la distancia que impones con sutileza
y cómo se camufla entre tu amable amistad
la advertencia de no acercarse a tus secretos.
De mi parte es para lamentarse
porque no he conocido a nadie cuyo regocijo
sea tan inmensamente parecido al mío;
lo lamento porque bien podríamos juntos
deleitarnos en la sensación de que no somos tan "únicos".
No pude desencriptarlo, nada que hacer.
miércoles, 18 de enero de 2006
Memoria
Aunque mi memoria sea, más bien, una facultad de evocaciones,
ante una paulatina pérdida de lo ocurrido hace poco
sólo queda aprender a ser más metódico:
en la mañana una hora de poiesis;
en la noche, una de olvido.
Recordar enlazar con armonía
lo que llama la atención y lo inconsciente,
y, llegado su momento,
aprender a ser diestro con los recuerdos.
ante una paulatina pérdida de lo ocurrido hace poco
sólo queda aprender a ser más metódico:
en la mañana una hora de poiesis;
en la noche, una de olvido.
Recordar enlazar con armonía
lo que llama la atención y lo inconsciente,
y, llegado su momento,
aprender a ser diestro con los recuerdos.
lunes, 16 de enero de 2006
Pseudoprepostcontemporaneidad
Me gusta mi época,
su música, su cine, su arte, su tecnología,
el abrumador acceso libre a la información
y la lenta proliferación de seres de mentes limpias
que no se tienen que aferrar a cada cosa.
Me gusta mi época,
el paulatino y tranquilo reconocimiento de lo absurdo
y, aun así, la pérdida del miedo a lo infinito;
la especialización del saber, la usabilidad de la red,
la oferta de todas las cosas, las asociaciones por cualquier causa;
sobre todo, la por fin actual posibilidad de diseñar al hombre.
Lamento contigo tan sólo la terrible competencia
que no sé qué tan esencial le sea a todo el proceso,
que no permite que lo apreciemos, que nos ahorca,
que lo requiere todo pronto, que nos enreda la lengua,
que hace que mis amigos se vuelvan meros esquemas sin contenido,
productivos, amables, pero insípidos.
Pero bueno, la vida ha de olvidarnos,
así que mejor me olvidaré de la vida.
su música, su cine, su arte, su tecnología,
el abrumador acceso libre a la información
y la lenta proliferación de seres de mentes limpias
que no se tienen que aferrar a cada cosa.
Me gusta mi época,
el paulatino y tranquilo reconocimiento de lo absurdo
y, aun así, la pérdida del miedo a lo infinito;
la especialización del saber, la usabilidad de la red,
la oferta de todas las cosas, las asociaciones por cualquier causa;
sobre todo, la por fin actual posibilidad de diseñar al hombre.
Lamento contigo tan sólo la terrible competencia
que no sé qué tan esencial le sea a todo el proceso,
que no permite que lo apreciemos, que nos ahorca,
que lo requiere todo pronto, que nos enreda la lengua,
que hace que mis amigos se vuelvan meros esquemas sin contenido,
productivos, amables, pero insípidos.
Pero bueno, la vida ha de olvidarnos,
así que mejor me olvidaré de la vida.
domingo, 15 de enero de 2006
Fe
De todo lo que se vislumbra
entre sueños líquidos, viajes mágicos,
dulces coincidencias y gentil servidumbre,
nada más bello que la pureza del aire que respiro.
Esta noche quizá vuelva
seducido por la hermosura de tus cenizas
y engañado por lo orgulloso que me siento de mi fe en ti.
entre sueños líquidos, viajes mágicos,
dulces coincidencias y gentil servidumbre,
nada más bello que la pureza del aire que respiro.
Esta noche quizá vuelva
seducido por la hermosura de tus cenizas
y engañado por lo orgulloso que me siento de mi fe en ti.
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