martes, 31 de julio de 2007

Al aura

Cuando se esfumaron tus palabras dedicadas a la libertad
aquellas tan lúcidas que habían suscitado en mi alma movimientos,
volví a pensar que deberíamos ocuparnos de la adicción
tanto o más de lo que nos ocupamos de ella.
"Libertad" es un término optimista, cargado de utopía,
un conjuro que evoca a los genios malignos de la esperanza;
y ese sesgo contamina la investigación.
"Libertad" es un término que puede desaparecer fácilmente
cuando nos desestabilizamos por culpa de un vicio,
un vicio del cual somos responsables.

Con el pretexto de "procurarse la felicidad"
lo que casi todos buscan realmente -instintivamente-
es evitarse el sufrimiento.
Y la causa eficiente de éste es el apego.
Es cuando nuestra ambición se enferma que deseamos dejar de ser esclavos:
deseamos que nuestros más compulsivos deseos de primer orden
no se impongan; pero se imponen.

Somos racionales, conocemos las consecuencias,
sentimos asco ante la impotencia, tenemos memoria,
sabemos qué es sufrir y sabemos del sufrimiento de otros
porque los hemos visto llorar y hasta los hemos visto morir;
pero, aun así, reincidimos en los círculos viciosos
de esos malditos deseos que no deseamos;
incluso sabiendo que todo lo que está mal en nosotros es un vicio,
y que casi cualquier mal conocido ha sido por uno de ellos.

Es más fácil ensoñarse con la libertad que superar una adicción.
Es más viva la conciencia de la adicción que la voluntad de ser libre
-aunque algún pseudogramático diga lo contrario-
porque la primera es la vivencia de una lucha contra una necesidad
que se vuelve visceral
y la segunda es acaso un refugio ultraconceptual.

¿Por qué adicción se esfumaron tus palabras dedicadas a la libertad?

jueves, 26 de julio de 2007

Fiebre amarilla

Es tan real esta opresión en el pecho
que el nombre de "ansiedad" resulta un poco uránico.
Lo soporto, incluso lo deseo,
con la esperanza de que ayude a desplegar mi espíritu
y así luego -al replegarlo- haya recogido algo.

domingo, 22 de julio de 2007

Antares

Siento que estoy siendo atraído hacia el centro del universo,
quien pese a ser etéreo y -como yo- prácticamente inexistente
resulta atractivo, tan atractivo como la muerte en las noches
en las que ninguna canción endulza mis pensamientos.

Me hice pequeño y tonto. Alrededor mío sólo hay un mar de piernas
y encima mío una constelación abierta, rodeada de nubes,
que con su veneno insinúa que soy un escorpión y no un centauro.

Y siento que voy a caer en esta noche oscura a través de ese abismo ofrecido,
abducido por el cielo que me queda entre siluetas de sombras gigantes.
Siento que en cualquier momento me voy a despegar de la Tierra,
de esta preciosa esfera a la que no pertenezco,
para por fin reintegrarme con ese vacío,
con ese lugar que tanto extraño aunque desconozco.
Y un día quizá mis átomos harán parte de un cometa.

viernes, 6 de julio de 2007

Azul

"Hoy quiero que me lleves
hacia donde está la luz
en tu caballo blanco
que galopa por el valle
del olvido y se va.

Tengo tantas ganas de ti
que regreses por mi cuerpo y
lentamente me dejes morir
entre la niebla
de tu bosque azul.

Entre el mar y el cielo
sólo existes tú
en el aire un beso
como lágrima que cae
en el olvido y se va.

Tengo tantas ganas de ti
que regreses por mi cuerpo y
lentamente me dejes morir
entre la niebla
de tu bosque azul."

(Letras de Aristizabal, García, Tobón. Música de Ekhymosis. Fonovisa-Sonolux 1997)

lunes, 2 de julio de 2007

02-06

No tengo una buena respuesta para explicarlo todo:
no sé si se ha ido tras no poder impregrenarse en mi memoria
o si más bien mi acto o mi palabra eras vacíos, carentes de sentido.
En todo caso, la "memoria" es muy creativa y
las razones son explicaciones póstumas de las acciones.