Volviste,
te vi volver esta tarde
con otro vestido azul claro y oscuro.
Sin voluntad te invoqué
al querer justificar esta tormenta
que nubla el cielo y agita las aguas.
Pero ella surgió allí, espontáneamente,
entre la superficie de mi alma
-recientemente tan cálida-
y los fríos vientos de la consecuencia.
1 comentario:
Los reencuentros son bastante interesantes, independientemente de si son reales o imaginarios. :P. Un saludo.
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