Estoy rondando tu casa,
Madre mía,
mareado de las vueltas que da la vida.
Y la puerta está abierta
-no sé si me sientas-
-no sé si me esperas-
-no sé si me preparaste la comida-.
Estoy rondando tu alma,
Madre mía,
me pregunto si pudiera algún día
volver a ser tu hijo.