Estoy rondando tu casa,
Madre mía,
mareado de las vueltas que da la vida.
Y la puerta está abierta
-no sé si me sientas-
-no sé si me esperas-
-no sé si me preparaste la comida-.
Estoy rondando tu alma,
Madre mía,
me pregunto si pudiera algún día
volver a ser tu hijo.
1 comentario:
Es una buena interpretación de la nostalgia que nos producen nuestras antiguas aulas de clase, esas aulas que sirvieron para convertirnos en unas mejores personas..
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