Comprender no es asimilar,
no es reducir lo ajeno a lo propio,
no es forzar a que encaje lo extraño en lo conocido
no es someter,
ni intentar salir victorioso.
Comprender no es subsumir en el yo lo otro.
Pero tampoco puede ser
verle "tal como es"
o "sentir tal y como él siente":
es imposible asumir el punto de vista de alguien más.
Interpretar sin prejuicios no se puede lograr jamás.
Comprender no es subsumir el yo en el otro.
Puede que sea más bien
una cuestión relacional:
disfrutar de la manera única
en la que se siente otra presencia que te siente
vivir la estética de la complejidad irreductible
y apreciar la irrepetibilidad
de la experiencia que se tiene del nosotros.