miércoles, 28 de octubre de 2020

Escher

Dos vidas distantes
resultaron ser vecinas
en un espacio replegado
por la fuerza de la afinidad.

Sus jardines anhelando fundirse
en un solo vergel 
dieron a enredarse
en geometrías de vanguardia:

como las manos dibujándose,
la galería del arte del puerto
que está en el cuadro exhibido en ella
o el ojo que contiene a la galaxia
que contiene al ojo,
la casa de uno habita la casa del otro
y en la del otro habita la del uno,

solo que en vez de encogerse 
infinitésimos
cada vez que se adentran, 
crecen. 

No hay comentarios.: