no llueve
pero oigo la lluvia caer
delicada
sobre las aceras
los techos
las ventanas
y las telas de las prendas
de transeúntes desprevenidos
que olvidaron el paraguas
percibo el detalle
de las aguas chispoteando
sobre las baldosas
chispas que eran aire
brumas que eran haces
las rectas se deshacen
entretejiendo
trayectorias curvas
multidireccionales
una inusual familiaridad
me atrae al caos efervescente
que vive allí abajo
gotas como rayos
nubes como mares
ríos de azul eléctrico
recorren mi tórax
con la intención de escaparse
no llueve
pero oigo la lluvia que cae
desdibujando
impresionista
las formas en la calle
se escurren
después de confundirse
por la punta de los dedos
mis colores
y allí veo
un rastro de mí
viajando por los canales
hacia el inframundo
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