Cuando revelé detrás de toda bondad
el aliento de un monstruo
maquinando estratagemas para perpetuarse,
viejas proezas se diluyeron en lo trivial
y descubrí bajo los rostros de héroes y santos
que son inversores en trance.
Me perdí ya desde ese día antaño
cuando los milagros comenzaron a desdibujarse.
Hoy me sacrifico por extraños
sin saber que en mi muerte
el teorema de esta enfermedad
tampoco podrá refutarse.
2 comentarios:
Lindo poema Serg :)
Chapeau!
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