Tal vez
los bellos detalles que se alinean
frente a mis ojos
nunca fueron símbolos.
Tal vez
las increíbles coincidencias que descubro
son solo productos de sesgos cognitivos.
Puede ser
que la línea de mi historia
que en retrospectiva reconstruyo
no sea lo que me trajo hasta ti,
sino una suma aleatoria
de contingencias y fracasos.
Quizás no somos amigos.
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