martes, 24 de mayo de 2016

partenogénesis

Llovió
y por las púrpuras urdimbres
las entrañas de la diosa se revolvieron,

Los delicados filamentos
que se estremecieron
en la matriz universal
eran el temor
de que diera lo mismo
empezar de nuevo.

Tales súbitos espasmos
fueron el único augurio
del parto inadvertido,
y la noche y el mar oscuros
sus únicos testigos.

Un quasar expelido
vino a alojarse en nuestros diagramas.
y en sus cientos de miles de giros
ahogó cientos de miles de gritos.

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