La proporción y movimientos de los astros
pese a su inmensidad
no son más importantes
que si sufres
o si el amor se va de tu vida.
La melancolía también es un evento cósmico,
que arde como un sol
y que al colapsar también brilla
no hay nada más real
que abismo que se te presenta
desde tu propia perspectiva.
¿y qué si una vida humana resulta ridículamente ínfima
en comparación con la edad del universo?
Para mí que todo va muy de prisa...
aunque las estrellas parezcan fijas,
aunque parezca eterna la armonía,
me parece que te marchaste pronto
como pronto vendrá la vejez a arrebatarme
todas las demás cosas que amo.
¿Y qué si somos sólo fluctuaciones electromagnéticas temporales
cuyan frecuencias exhalaran por última vez en cualquier momento?
Nuestros cuerpos se sienten muy reales
y se evocan con certeza de su mutua existencia,
con la certeza de que al abandonarnos el uno al otro
replicaremos en cada instante la eternidad.
¿Y qué si éste es el mismo poema
hablando de la misma angustia de siempre
con las mismas palabras
puestas tan sólo en otro orden?
Tengo derecho a aferrarme a mis viejas metáforas marchitas
y a mezclarlas como la historia recombina
de innumerables maneras las mismas partículas físicas.
E incluso si esta esfera Tierra se encontrara
en rumbo de colisión con otra
esperaría hasta el último segundo que cambiaras de parecer
y que decidieras
que fuéramos egoístas
juntos.
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