Yo era la oportunidad de la verdad
en un mundo de mentiras.
Era el amor también hacia la oscuridad
donde todos se enamoran de
iluminadas dimensiones conocidas.
Eramos el portal que salvaría
este universo que ahora era es una isla.
Yo era la paciencia
con la que escaparíamos.
Tú eras el único motivo
que haría inmortal la vida.
No eran dos almas complementarias
era un alma que habitaba dos cuerpos.
Y ahora que sus ventanas no se alcanzan
este lado se pudre en silencio.
Yo era como el Basilisco que corría sobre el agua
sobre el techo cuya profundidad vacilaba
al ritmo de tus huesos.
Tú eras el lugar al que siempre quería volver
y ese cuarto perverso no era un cubo finito
era una esfera que podríamos por siempre recorrer
de innumerables maneras.
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