Me vi capturado de repente
por una ruta incierta
que se desviaba sutilmente
hacia la izquierda.
En grados cada vez menores
la vía hacia su giro
yo me hallaba perdido
y cautivo de mis temores.
Sentí terror al pensar
que nunca me cruzaría de nuevo
en tu camino.
Si mi destino fuera
como una curva que se aproxima
infinitamente
hacia el eje cero,
y yo nunca pudiera
acercarme una vez más
a tu cuerpo,
preferiría desencarnar,
sacrificar mis deseos
y volver al limbo
del inconsciente eterno.
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