domingo, 24 de julio de 2011

cinemateca

Cuando tú apareces, se apagan las luces y se enciende el misterio,
la emoción ansiosa atiende la llegada de los fotones que se proyectan sobre tu lienzo
y extrañamente me sumerjo, de una forma que no puedo decir:
sin perderme, pero viviendo en ti.
Convirtiéndo dos dimensiones en mil.

Son las sensaciones que vienen de todas partes y maneras
quienes me abrazan, me transportan y confortan.
Y es tu proyección tan vívida, tan placentera
que siempre me parece corta.

Cuando apareces el transcurrir del tiempo se torna lento
y entra disimulada la música in crescendo
haciéndose cómplice de una tierna bruma
propia de los sueños.

Y puede que haya tenido que soportar adversidades para estar en este teatro absurdo,
pero cuando tú apareces es como si empezara la mejor película del mundo.

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