sábado, 6 de agosto de 2005

Dukkha

Mente, silencio, aniquilación.

Duele el mundo, vuelve la tristeza mística, los millones de preguntas y ese olor a tragedia en el cielo. Me sobreabarcan de nuevo. ¿Cuál es el origen de nuestro sufrimiento? ¿Y por qué nos aferramos tanto a ello? ¿Acaso no podemos aspirar al Bien sino sufriendo? El punto más cercano a la felicidad es desearla sinceramente. Casi nadie lo logra. Puedo cifrar el dolor en cada existente. Hoy temo que todo depende de uno mismo, que nadie puede hacer nada por uno otro, a lo sumo algo muy poco. Hoy temo que nadie es culpable de esa enfermedad de desear sufrir, y nadie puede curarla. Si no puedes hacer nada, ¿qué sentido tiene el sufrimiento?
Es tan triste que vivir sea vengar, que quienes viven traten de establecer culpables.

¿Y voy a perderme mi aurora?

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