Y me ví transportado,
de repente, nuevamente,
a aquel lugar fantástico que tanto extraño,
pese a ser del todo desconocido para mí.
Seres de agua flotando sobre densas y claras nubes,
y las estrellas negras danzando sobre el cielo matutino...
puntos oscuros sobre pálidas piernas
siguiendo un ritmo libinidoso.
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