Las letras empezaron a flotar mágicamente
sobre el fondo blanco
y la metapropiedad de la hoja era convertirse
en una unidad alucinante.
Se veía como cuando ilustran los sueños
en los programas de televisión,
que ponen un lente que produce que la imagen se vea
difuminada y reluciente.
Así se veía, las letras sobre el fondo blanco,
como en un sueño,
como cuando uno ve borroso y está borracho
-supongo que así se ve,
porque nunca lo he experimentado.
Así se veían estas letras, cuando te las estaba escribiendo,
cuando me preguntaba otra vez si te he visto antes
y el reloj de nuevo se rehusaba a marchar hacia delante.
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