martes, 14 de septiembre de 2004

Flujo de conciencia

Puesto que soy puro silencio, y el silencio es la posibilidad de cualquier palabra, teniendo en cuenta que has comprendido lo que siempre intento decir y dado que te gusta mi sonrisa, no dejaré que me sigas, no sin que yo también te siga, considerando la belleza que sólo a mí me dedicas. Y así surgen los espirales inmortales, y siempre en esa dinámica, y repitiendo los ciclos, dando vueltas sobre lo mismo pero ahora un nivel arriba. Un nivel arriba, y la vida como un péndulo, pero cuando vuelves es mejor y, por lo tanto, es diferente. Aquí estoy yo, escondiénme sólo para que me descubras. Y retomando las palabras, y enlazándolas de una manera diferente, y creando nuevas ideas por entrecruzamiento de otra viejas. Nada hay nuevo bajo el sol. Todos los besos ya fueron dados, pero ninguno de los que murieron los están dando hoy. Esta noche en que no quiero volver. Esta es la noche en la que perdí a todos mis amigos. Quizá se deba a que ya no soy yo. Pero la soledad es la posibilidad de cualquier sentimiento y, considerando que todo es absurdo, yo puedo escoger el que a bien tenga. Así que elijo la alegría. Nada tiene sentido, por fortuna.

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